16 marzo 2006

Un pitillo?

Hoy he vuelto a clase de doctor Hernán y además de levantarme la moral recordándome que seré la nueva heroína de la clase proletaria, del prolífico “coco-wash” marxista y de aumentar mi cultura (y mi vocabulario) con sus maravillosas maneras de mentar la madre, nos ha compartido una anécdota excepcional de vacas flacas en el FSLN, que refugiados en la naturaleza, tenían yerba que fumar (no como la Cucaracha) pero no papel para el cigarro, pero bien dice el dicho “Dios proveerá” y así fue, porque uno tuvo a bien cargar con un tomo de Mao Tse Tung. Así cada vez que querían un cigarrillo, era tan solo “Alcanzame un Mao Tse Tung”, yo creo que no fue la yerba, sino la tinta la que propició más de una idea (o quimera). Tal vez en el futuro emule esta experiencia, pero no con Mao Tse Tung, más bien será: Alcanzame un Código da Vinci o mejor aún (por al alto contenido de tinta de colores!!! y la calidad del papel) alcanzame un TV y Novelas.