05 julio 2006

Sandro

El viernes asistí a una bonita reunión social, conocimos a distintos servidores públicos, un policía, un rescatista, hasta un marino, la cosa empezó a ponerse extraña cuando apareció el Zorro y un vaquero que obviamente no era servidor público, bueno sí, todo depende del cristal con que se mire. Digo, porque público tenían (femenino, único y exclusivo) y definitivamente hicieron un servicio a la comunidad, y es que esas pobres mujeres tenían que aliviar su tensión de algún modo; olvidar a los niños y la casa por un rato y tal vez darse la oportunidad de soñar que cualquiera de ellos se acercase a decirles: “Te estaba esperando” mientras las tomaban entre sus brazos. Zaz! me salió lo Corín Tellado, en fin, que en todos lados se cuecen habas, y ya para el final de la noche los ánimos estaban tan excitados que sentí pena por los chicos, y si, me asaltó la duda... ¿no se sentirán objetos? ¿Usados?, me incomodé, y hasta pena ajena sentí.

¿Y Sandro? ¡Ah! figúrense al David pero de carne y hueso.

3 opinan:

Anónimo dijo...

¿Qué onda tú? ¿Cómo has estado? Espero que muy bien.

He visitado tu blog de vez en cuando, tus escritos estan muy padres, nunca me habías dicho de esos dones ¡eh! Que bueno que los aproveches.

Pues me retiro, nos vemos pronto.

La Jetzucha dijo...

Pasar de escritora a reportera del aire no te cae mal, me encantó la parte de: 'y es que esas pobres mujeres tenían que aliviar su tensión de algún modo'.

¿Son los hombres aliviadores de tensiones? ¿o solo lo son aquellas curvas que los hacen propios de esculturas helénicas?

Dilema, el objeto o la idea... pero Zandro quedará en la memoria de todos.

La Jetzucha dijo...
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