27 junio 2006
25 junio 2006
Cuentos ¿De hadas?

Hasta que la muerte los separe...
Y Romeo murió envenenado por la comida de su mujer, la rencorosa Julieta no podía perdonar el engaño con Teobaldo.
En el agujero del conejo...
Como veía que tardarían en buscarla, Alicia supo que tendría que inventarse una fantasía para pasar el rato.
Sueños de belleza...
El patito feo murió ese invierno. Y llegó al paraíso, donde seguía siendo el feo.
La indecisa...

Y La Sirenita no se casó con el príncipe, porque en un paseo por el bosque vio un centauro. Luego fue a buscar a la bruja y ya saben lo demás.
La Fiestera...
Y sucedió que de tanto asistir a bailes le salieron juanetes, así cuando llegó el momento de medirse la zapatilla de cristal, esta no le quedó.
Estas reversiones (algunas parecen perversiones) surgen del taller literario del mismo nombre en el sitio de Alberto Chimal http://www.lashistorias.com.mx/blog/
19 junio 2006
Achtung, wet floor
Y nada, que los recuerdos andan haciendo más borlote que de costumbre, ya dos o tres se han dado con las paredes y he tenido que curarles; a otros de plano les he dado vacaciones, pobres, ya estaban muy cansados.
14 junio 2006
Penicillinium
Poco a poco voy sintiendo la hinchazón y todo mi cuerpo empieza a reaccionar a la invasión, que va penetrando dentro, muy dentro, y ya en mi torrente sanguíneo, es imposible ahora pararla.
Lentamente, imperceptiblemente esta sensación sube, esta reacción que viene desde mis entrañas; empiezo a sentirme débil, mis defensas bajan, todas ellas se han concentrado hacia el punto de contagio; la fiebre y la comezón se apoderan de mi, siempre he sido fuerte y no enfermaré, además es solo una vacuna. Pero... no hay vacuna para el amor y no soy inmune a tu presencia, mucho menos a tu ausencia.
Lentamente, imperceptiblemente esta sensación sube, esta reacción que viene desde mis entrañas; empiezo a sentirme débil, mis defensas bajan, todas ellas se han concentrado hacia el punto de contagio; la fiebre y la comezón se apoderan de mi, siempre he sido fuerte y no enfermaré, además es solo una vacuna. Pero... no hay vacuna para el amor y no soy inmune a tu presencia, mucho menos a tu ausencia.
12 junio 2006
Te quiero enseñar algo
Tenían el tiempo encima, la adrenalina corría vertiginosamente y el calor era agobiante, más aún con el esfuerzo físico. No fue planeado, no fue de ninguna manera planeado, pero los eventos habían sido inevitables y fatídicos, y ahora no tenían opción alguna, solo podían cubrir al rastro y esperar que nunca la encontraran; y que lugar más apropiado para enterrarla... que la escuela.
06 junio 2006
Destinos
04 junio 2006
Estado de cuenta
El balance de lo aprendido en la semana
- Aprendí a ser precavida en el uso de las siglas, como en el caso de USP "United States Pharmacopea" o "Unión Sindical de Panaderos" y algunos térmicos como "naco" que tan dilapidariamente usamos pero que es un municipio del Estado de Sonora, a la vez que significa "nopal" en opata, pero que también son siglas de "National Association of Counties". Lo que me pone a pensar ¿"Naco" habrá surgido del razonamiento naco=nopal=baboso?
- Que debo agradecer eternamente a Leonardo da Vinci por traer la civilidad a nuestras mesas con genialidades como la servilleta y el tenedor. Sin mencionar el sacacorchos!!
- Que en el sentido estricto de la palabra no puedo aplicar el término "chilango" a muchos de mis amigos defeños, porque la mayoría son lacios y xilaan el término en maya en principio era para denominar a aquellos de cabello encrespado, ergo yo soy chilanga!!!
- Que soy asidua usuaria de "remeras" y "chombas" son tan cómodas!
No mala semana, esperemos más
01 junio 2006
Solicito encarecidamente...
Un diccionario decente. Creo que el "Larousse ilustrado" y el "Academia" ya no son suficientes para mí. De perdís un RAE, ¿Alguien se apunta para regalármelo?, mis juegos en el cementerio ya no son entretenidos y es que el colmo fue hoy al buscar "Remera", ninguna alusión a camisetas (verdad JM?), sólo a: "Pluma grande de las alas de las aves", ¡Que jonja!
29 mayo 2006
No gané, pero mención honorífica esta requetebien.
La Cita
Estaba decidida, sería esta tarde. Tranquila, revisó que todo en la casa estuviera en orden, puso especial atención a que todo quedara limpio, impecable. Al sacudir su mesita de noche, la pequeña muñeca de porcelana resbaló y se rompió en mil pedazos. -Que irónico- pensó, pero en realidad poco le importó. Cansada, tomó una ducha y puso especial esmero en su arreglo, después de todo, la ocasión lo ameritaba. Al cuarto para las cinco ya estaba lista, cerró la casa y decididamente encaminó sus pasos hacia el Metro. Debía apurarse o habría mucha gente en la estación, quería que estuviera solo para que nadie se diera cuenta; la gravedad haría el resto.
Los que se quedaron en el camino.
Confusión
La sensación de patinar en hielo era completamente nueva y diferente, podía sentir como le temblaban las piernas, pero no sabía si era por su falta de equilibrio o por lo otro; y además no podía dejar de darle vueltas a lo que la maestra Conchita les había explicado en clase. ¿Fuerza?, ¿Qué es una fuerza? ¿Cómo es que algo no puede verse ni tocarse pero está, existe? ¿Por qué además esa fuerza se empeñaba en hacerlo caer? Sonrío al contacto con la mano, mucho más grande que la suya; tal vez la gravedad no era tan mala después de todo, si supiera patinar no habría conocido a Clara, la instructora.
Nostalgia
-Si pudiera le pediría al tiempo que vuelva, como la película- pensó, mientras se quitaba el sostén. Esta vez haría las cosas un poco diferentes, tan sólo un poco. Se ocuparía más de ella, optaría por la diversidad y el equilibrio. Porque también había cosas de las que no se arrepentía como Omar, su siempre pequeño Omar, aunque ya tuviese cerca de treinta y cinco años. Era tan parecido a su padre y a la vez tan diferente, porque físicamente eran como dos gotas de agua; pero la nobleza, la sensibilidad y la honestidad, definitivamente las había heredado de ella. Y mientras volvía al gastado pensamiento de qué era exactamente lo que había hecho mal, sus propios movimientos llamaron su atención hacía el espejo y al verse, suspiró, -pues al menos una razón la sé, la gravedad ha hecho sus efectos-.
Estaba decidida, sería esta tarde. Tranquila, revisó que todo en la casa estuviera en orden, puso especial atención a que todo quedara limpio, impecable. Al sacudir su mesita de noche, la pequeña muñeca de porcelana resbaló y se rompió en mil pedazos. -Que irónico- pensó, pero en realidad poco le importó. Cansada, tomó una ducha y puso especial esmero en su arreglo, después de todo, la ocasión lo ameritaba. Al cuarto para las cinco ya estaba lista, cerró la casa y decididamente encaminó sus pasos hacia el Metro. Debía apurarse o habría mucha gente en la estación, quería que estuviera solo para que nadie se diera cuenta; la gravedad haría el resto.
Los que se quedaron en el camino.
Confusión
La sensación de patinar en hielo era completamente nueva y diferente, podía sentir como le temblaban las piernas, pero no sabía si era por su falta de equilibrio o por lo otro; y además no podía dejar de darle vueltas a lo que la maestra Conchita les había explicado en clase. ¿Fuerza?, ¿Qué es una fuerza? ¿Cómo es que algo no puede verse ni tocarse pero está, existe? ¿Por qué además esa fuerza se empeñaba en hacerlo caer? Sonrío al contacto con la mano, mucho más grande que la suya; tal vez la gravedad no era tan mala después de todo, si supiera patinar no habría conocido a Clara, la instructora.
Nostalgia
-Si pudiera le pediría al tiempo que vuelva, como la película- pensó, mientras se quitaba el sostén. Esta vez haría las cosas un poco diferentes, tan sólo un poco. Se ocuparía más de ella, optaría por la diversidad y el equilibrio. Porque también había cosas de las que no se arrepentía como Omar, su siempre pequeño Omar, aunque ya tuviese cerca de treinta y cinco años. Era tan parecido a su padre y a la vez tan diferente, porque físicamente eran como dos gotas de agua; pero la nobleza, la sensibilidad y la honestidad, definitivamente las había heredado de ella. Y mientras volvía al gastado pensamiento de qué era exactamente lo que había hecho mal, sus propios movimientos llamaron su atención hacía el espejo y al verse, suspiró, -pues al menos una razón la sé, la gravedad ha hecho sus efectos-.
La peor excusa del mundo
... Y es que todos estamos sujetos a los biorritmos, y ahora mi biorritmo físico, intelectual y emocional esta en descenso...
12 mayo 2006
Desde el cementerio...

I.
El ostentoso oligarca otario olisqueó el oneroso festín, mientras los oníricos olifantes se oían y las oriflamas orientales ondeaban. Del odre, salió la oleosa sustancia orgullosa y orionda. Todos lo ojos observando al obtuso oficial que obtenía el ósculo de la odalisca.
II.
El alegre amigo arribaba, anunciando alebrestado que el alcornoque de la aledaña aldea alegaba el ataque de unos acalefos abusivos, lo que acarreó el abucheo y la abulia de los actores y acróbatas quienes no aceptaban tan anacrónica actitud.
III.
En la populachera posta avanza el postillón llevando en el poto del potrillo el popurrí de porotos, pororós y porros. En sus posaderas portentosas se balancean la porrada de porongos. El pongo pone una poquedad de porotos en el pondo, mientras porfía ponzoñas porque el potro ponedor ha salido otra vez por el pontón tras los popotes de la potranca.
IV.
El ropavejero se puso roñoso durante el rosider dando un rollo rotundo sobre el ropon roso del rorro ¡bah! hagamoslo roncar dandole al rotoso rocano ron y rosoli rozagantes.
08 mayo 2006
La ví en rose

28 abril 2006
De mis propias formas de tener miedo...
Una cronopia sube al camión con destino incierto, debe bajarse en la próxima parada, (aunque no sabe a qué) pero el contenido del bolso se desparrama por doquier, labial, plancha, piedra favorita, etc, etc. Huye aterrorizada.
26 abril 2006
Estado de Gracia
Debía apurarse o llegaría tarde, pero en el metro es casi imposible apurarse más, así que lo tomó con filosofía y de inmediato adoptó la cara de indiferencia, como el espejo de todos los demás. Empezó a divagar, el tren de enfrente recién arribaba, cuando una multitud en tropel entraba y salía, el viento ocasionado por la partida del público la hizo regresar; y ahí estaba, unos segundos bastaron para que las miradas se cruzaran, se reconocieran, se saciaran, mágico entendimiento interrumpido por los empellones de la gente subiendo al transporte, ella también subió, en esta ciudad no hay tiempo para el amor.
“She comes in colors, everywhere, she’s like a rainbow”
“She comes in colors, everywhere, she’s like a rainbow”
Como dato curioso al día siguiente de escribir el (intento de) minicuento leí en Fuerte es el silencio de Poniatowska:
“...Se necesita el estado de gracia para amar por encima de los cláxons, los pleitos, las angustias, el esmog, la violencia, el moverse a todos lados y en ninguna dirección y, antes de ser ángeles amorosos, nos llega el edicto y la condena...”
“...Se necesita el estado de gracia para amar por encima de los cláxons, los pleitos, las angustias, el esmog, la violencia, el moverse a todos lados y en ninguna dirección y, antes de ser ángeles amorosos, nos llega el edicto y la condena...”
17 abril 2006
Por debajo de la mesa
Hombres y mujeres somos iguales (bueno casi, sino que chiste). Pero como fémina no puedo negar que es halagador que le inviten a una, por eso cuando salía con el objeto de mis desvelos y cada quien pagaba su parte había voces de: ¡igualdad! ¡libertad! ¡fraternidad! y otras replicaban: ¡codo! ¡pichicatero! Y venía el Electra’s complex, pues mi “papi” nunca ha escatimado con nosotras; pero... me han desengañado. Cuando mis progenitores eran jóvenes y bellos y “estudihambres” mamá le completaba a papá para el café, chocolate u lo que fuera, ¡claro! por debajo de la mesa, ¡Había que guardar las apariencias!
15 abril 2006
SIMONE
Los tiempos cambian y las mentalidades con él; sin embargo y sin importar distancias de tiempo y espacio hay una constante: siempre nos observamos, nos vigilamos y esa búsqueda propia y personal puede repetirse de manera muy semejante entre dos individuos. Ese fue mi sentir cuando leí “Memorias de una joven formal” de Simone de Beauvoir.
Simone no conoció medias tintas era blanco o era negro, un antes y un después, después de haber sido fervientemente católica se hizo atea sin miramientos ni arrepentimientos. Su actitud la llevaba a todos los planos y eso la hacia intolerante pero también determinada, tenaz y eficiente.
Era una mujer valiente que se enfrentaba con el espejo todos los días pero siempre honesta y sinceramente; cuantos de nosotros no nos mentimos todos los días?, nos cegamos? nos desatendemos?, el suyo era un acto de coraje y vigilia constante o es que acaso ninguno de nosotros tenemos miedo del monstruo que puede encontrarse en nuestro interior? yo sí.
Y sin embargo toda esa actividad que burbujeaba en su interior sabía mantenerla reservada; celosa, como muchos, de su espacio, y sabía además aceptar sus victorias por sobre los fracasos que pudiera implicar en el balance para alguien tan afecto a la disciplina; esas pequeñas victorias eran sobre todo en una de sus pasiones: la lectura, con cada libro, se regodeaba de su transformación; cada palabra y cada línea la hacían interrogarse, analizarse. El efecto final es abrumador, de “niña formal” a fundadora del feminismo.
Simone no conoció medias tintas era blanco o era negro, un antes y un después, después de haber sido fervientemente católica se hizo atea sin miramientos ni arrepentimientos. Su actitud la llevaba a todos los planos y eso la hacia intolerante pero también determinada, tenaz y eficiente.
Era una mujer valiente que se enfrentaba con el espejo todos los días pero siempre honesta y sinceramente; cuantos de nosotros no nos mentimos todos los días?, nos cegamos? nos desatendemos?, el suyo era un acto de coraje y vigilia constante o es que acaso ninguno de nosotros tenemos miedo del monstruo que puede encontrarse en nuestro interior? yo sí.
Y sin embargo toda esa actividad que burbujeaba en su interior sabía mantenerla reservada; celosa, como muchos, de su espacio, y sabía además aceptar sus victorias por sobre los fracasos que pudiera implicar en el balance para alguien tan afecto a la disciplina; esas pequeñas victorias eran sobre todo en una de sus pasiones: la lectura, con cada libro, se regodeaba de su transformación; cada palabra y cada línea la hacían interrogarse, analizarse. El efecto final es abrumador, de “niña formal” a fundadora del feminismo.
23 marzo 2006
19 marzo 2006
Apocalipsis now
Hoy me encontraba preparándome un cafecito, de esos de sabores y no’más de pasadita leí en la etiqueta lo que me estaba tomando: azúcar, leche descremada, glucosa (más azúcar!) grasa vegetal, cocoa, todo iba bien hasta que... fosfato dipotásico, carragenina y dióxido de silicio ¿Qué?! y eso ¿Cómo diablos lo digiero?, el pánico estuvo a punto de apoderarse de mí, y es que con tanto e-mail apocalíptico uno ya no sabe que comer y que no. Que si las “sopitas instantáneas” se te quedan en el intestino por tres meses, que si tienen glutamato monosódico lo que puede provocarte cáncer, que además tienen dioxinas y cada vez que las cocinas literalmente estás condenándote a cáncer y esterilidad y la última fue que habían depositado VIH en contenedores de refresco. ¡Auxilio! Esta bien que tengo panza de perro pero esto sería demasiado. Así que me di a la tarea de averiguar que tanto de esto es cierto; y si una sopa se te quedara en el intestino por tantos meses, ¿no estaríamos todos revolcándonos en el hospital, de estreñimiento y de infección?, del glutamato lo que averigüe es que si lo comes en exceso puedes tener dolor de cabeza y algunos otros malestares, pero solo por ex-ce-so, por lo demás es bastante inocuo porque es derivado de un aminoácido natural; de los contenedores de unicel una cosa es segura no son “solubles” en agua caliente y es más fácil que consumas las temidas dioxinas por un rico pescadito o un filetito que por una sopita, y solo en muy, muy, pero muy altas dosis las dioxinas podrían provocarte cáncer. Y no me malinterpreten no soy la “redentora de la comida chatarra”, pero es fácil todo es cuestión de comer equilibrado, porque si fuera cuestión de no comer todo lo que nos podría hacer daño, terminaríamos anoréxicos y comiendo vegetales cultivados y animales criados en casa porque claro no podemos confiar con qué agua riegan y con qué alimentan a nuestra cena. Exorcizado el demonio, puedo ir a dormir en paz, ya bastante tengo con trabajar en un laboratorio químico y estar con sustancias cancerígenas, mutagénicas, explosivas, corrosivas, apestosas y roñosas. Abur.
“Lo que no mata... se acumula en mis caderas”
“Lo que no mata... se acumula en mis caderas”
16 marzo 2006
Un pitillo?
Hoy he vuelto a clase de doctor Hernán y además de levantarme la moral recordándome que seré la nueva heroína de la clase proletaria, del prolífico “coco-wash” marxista y de aumentar mi cultura (y mi vocabulario) con sus maravillosas maneras de mentar la madre, nos ha compartido una anécdota excepcional de vacas flacas en el FSLN, que refugiados en la naturaleza, tenían yerba que fumar (no como la Cucaracha) pero no papel para el cigarro, pero bien dice el dicho “Dios proveerá” y así fue, porque uno tuvo a bien cargar con un tomo de Mao Tse Tung. Así cada vez que querían un cigarrillo, era tan solo “Alcanzame un Mao Tse Tung”, yo creo que no fue la yerba, sino la tinta la que propició más de una idea (o quimera). Tal vez en el futuro emule esta experiencia, pero no con Mao Tse Tung, más bien será: Alcanzame un Código da Vinci o mejor aún (por al alto contenido de tinta de colores!!! y la calidad del papel) alcanzame un TV y Novelas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)